No sé por qué hablo del día en que te
marchaste cuando lo cierto es que nunca estuviste a mi lado. Detrás a veces,
delante casi siempre, pero nunca junto a mí, que es lo que me hacía falta. Ya
ves que te mentí, te dije que estaría dispuesta a todo para que estuviéramos
juntos y no te expliqué que “todo” no
implicaba abandonarme a mí misma. Vas a llevar razón con eso de que no soy tan
buena como parecía al principio, tú en cambio siempre me pareciste un canalla,
y, sin embargo, perdí las pestañas leyendo tu felicidad entre líneas. Pero,
¿acaso puede hablar de decepción alguien que decidió hacer puenting sin cuerda?
Soy el resultado de las hostias que he querido darme. Y la cicatriz que más me
duele lleva tu nombre, está en el costado izquierdo y me va a doler toda la
vida. Te dije: “adiós, muy buenas”, y sonreí orgullosa. Yo ya sabía que tú
perdías más que yo, mírame, mi niño, soy la niña rota más bonita del mundo. Y para
lo único que ha valido la puta pena esta historia es para hacer un poquito más
brillantes los ojos que te enamoraron. Yo me partí por ti,
soporté tus incoherencias y me caí tantas veces que aprendí a volar libre. Soy
tan súper heroína como cualquiera de las personas que están leyendo estas
letras con el dolor clavado en la garganta por alguien que no mereció ni una
sola palabra de amor, por ellas escribo hoy, para que encuentren un beso en
cada recoveco de estas líneas.
Y a
ti, qué más puedo decirte, que si me añoras, me llames, que yo prometo no
cogerlo.
"Soy el resultado de las hostias que he querido darme. Y la cicatriz que más me duele lleva tu nombre, está en el costado izquierdo y me va a doler toda la vida."
ResponderEliminarBrillante y real como el dolor mismo del que hablas.
Muy real, me alegro de que te guste. Gracias por pasarte Natalia.
EliminarUn fuerte abrazo :)
Soy la niña rota más bonita del mundo
ResponderEliminar