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martes, 15 de marzo de 2016

La vida, mi vida.

He llorado hasta desbordar los canales de mis pupilas, de la risa. Me he limpiado las ojeras negras y he seguido bailando con todas mis ganas. He abrazado fuerte a mis amigas para hacerles entender que las quiero a rabiar. He corrido kilómetros para superarme a mí misma y he ahogado los problemas en helado después. He escrito cada día para recordarme lo viva que me hacen sentir las palabras. He mirado a la cara a la incertidumbre y le he dicho que estoy aquí para lo que venga, que no volveré a dejar que me acobarden. Me he dado cuenta de que todos mis miedos son por cosas que nunca pasarán, y que si pasaran estaría dispuesta a superarlas. Que la realidad es que la suerte me besa los talones. Que los proyectos no paran de crecer en mi mente y que me encuentro con fuerzas para hacerlos realidad. He pintado de rojo un lienzo blanco para confirmarme que así es como siempre amaré, con pasión. Estoy enamorada del arte que desprenden las personas sencillas y reales, esas que no tienen que fingir nada. He reventado los baremos del orgullo con cada triunfo de mi hermana. Y he vuelto a bailar hasta caer exhausta en una cama con olor a sábanas limpias, para despertarme al día siguiente con el beso de papá. He sido la hija, la hermana, la nieta, la amiga y la mujer más querida del mundo, o así me he sentido yo. He recibido elogios por un trabajo bien hecho y me he roto la cabeza pensando en mejorar otros. He luchado contra mi ansiedad, contra mis manías, y he acabado aceptando mis rarezas. He encontrado la paz sentada a orillas del mar, respirando el olor a salitre. He hablado a un amigo sólo para decirle lo mucho que le quiero, sin necesidad de buscar motivos para expresarlo. He gritado alto y fuerte por supervivencia, y he tratado siempre de no traicionarme a mí misma. He tenido la fortuna de besar bocas que llevaban una eternidad sonriéndome. He trabajado el egoísmo, el ego y el carácter, nunca para cambiar, sino para mejorar. He disfrutado del silencio y de la soledad elegida, y he querido con todo el alma. Perdónenme que no busque más, pero es que ya lo tengo todo.



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