La Navidad es mi
madre escondiendo en el armario los regalos del día 5, para mantener viva una
ilusión inocente. La Navidad es mi abuelo trayendo a casa un jamón, que probará
como si fuera el primero, y que elegirá con la ilusión de ver deleitarse a sus
nietos. La Navidad son los besos de mi
abuela el día 24, y los villancicos anticuados con los que se arranca cada año.
La Navidad es mi hermana rebuscando entre los puestos una figura para el Belén
con la que sorprenderme. Ni dinero, ni luces extravagantes, ni alcohol abusivo.
Toda la luz que yo necesito brilla en la gente que me quiere, que se acuerda de
mí y que decide compartir conmigo estas fechas. La Navidad también son mis
amigos, sentados al otro lado de la mesa, en una cena esperada, deseada,
programada, que acaba con una anécdota nueva que la distingue de todas las
anteriores. Y también es el mes y medio que nos ha costado organizarla, asumir
que la edad va restándonos cada vez más tiempo de disposición propio y va
añadiéndonos más compromisos inesquivables. Pero aquí estamos, juntos, un año más, para brindar porque hemos
permanecido unidos otros 365 días en los que también hemos sabido cuidar los
unos de los otros en los malos momentos. La Navidad es la sonrisa nerviosa
de mi sobrina con cada detalle nuevo que descubre. Los ojos acristalados de
millones de niños rebosantes de ilusión. La Navidad también es la solidaridad
ciudadana que ojalá se perpetuara todos los meses del año. La Navidad es un beso con sabor a vino tinto, una caricia de
reconciliación, un abrazo de bienvenida en la terminal de un aeropuerto lleno
de personas que siempre son hogar. Familias
reuniéndose una única vez al año, cruzando océanos, recorriendo kilómetros y
regresando al pueblo, con las maletas llenas de amor y nostalgia. Y un mensaje de sorpresa que te devuelve a
la vida, un recuerdo compartido, una llamada esperada. La Navidad también son,
con todo el dolor de mi corazón, los que ya no están, los que ojalá estuvieran,
y los que nos enseñaron los primeros pasos en el baile de la vida . Es la sonrisa tierna de mi abuelo dedicando
a las 12 uvas el mismo deseo: salud para los míos. Y Navidad también es
gente queriéndose en callejones en los que se ha acabado el invierno para dar
lugar a la pasión; jóvenes arreglándose delante del espejo para que les vea
guapos quien jamás les ha visto feos.
La Navidad eres tú y lo que tú hagas de ella, todo depende
del amor que decidas ponerle a estas fechas.
http://vivirdealegrias.blogspot.com.es/
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