Según dice el diccionario de mi librería, la felicidad es un estado de grata satisfacción espiritual y física, o la ausencia de inconvenientes o tropiezos. Según mi madre, la felicidad es un beso de buenas noches y el sabor de la comida caliente. Para mis abuelos, que son muy sabios, la felicidad es la libertad de ser quien quieres ser y de sentirte bien contigo mismo. Mi hermana dice que la felicidad es el olor de la gente que quieres y la sensación de sentirte como un niño tengas la edad que tengas. En palabras de mis amigas la felicidad es la capacidad de conseguir un propósito y de superar los problemas.
Todos llevan razón. Y es que por más vueltas que le doy, siempre llego a la misma conclusión: para mí, la felicidad, es compartir la vida con ellos.
Y me sobran las palabras, mientras no me falten sus abrazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario