Léeme:

Siguenos en Blogger Siguenos en Facebook Síguenos en Twitter

lunes, 8 de febrero de 2016

Atrévete.

Acercaros, voy a explicaros ciertos detalles de mi vida que tal vez no conozcáis. Voy a explicaros que detrás de cada decisión hay una reflexión previa, que ninguno de mis gestos se deben al azar. Voy a contaros que cuando pido perdón, lo pido de corazón, pero que cuando no lo pido es, realmente, porque no considero que haya cometido ningún error para ser perdonada. Y que cuando grito lo hago porque necesito que se escuchen las palabras que me ahogan en silencio, y esas otras a las que nadie presta atención cuando hablas bajito. Voy a explicaros que si me callo ante determinadas críticas no es porque sea sumisa, es porque me son indiferentes ciertas apreciaciones dañinas. Verás, sé que hay veces que me hago la tonta y miro para otro lado, pero hay discusiones que me dan más pereza que rabia. Si sonrío cuando lo recuerdo, es porque me siento plenamente orgullosa de lo que he hecho, y de lo que no, también. No entiendo por qué hay personas a las que les cuesta tanto vivir en coherencia consigo mismas, no entiendo que den tantas  explicaciones al gentío, ni que cuestionen sus propios sentimientos porque no sean del agrado de terceros. Yo amo, y amo con todo el alma, aunque ese amor cause estragos en una civilización entera, aunque me toque después lamerme las heridas durante meses. Y, cuando no amo, cuando no quiero, cuando ni siquiera me gustas, ni me agradas, aún así, te respeto, porque no concibo otra forma más sana de convivencia que esa. Ya ves, que para mí la armonía no es otra cosa que aceptar las diferencias, y dormir tranquila por las noches. No sé si vas a entender que mis pecados son sólo cosa mía, y que, me los como a besos cada mañana, porque para eso son míos y me han llevado a ser lo que soy. La cabeza bien alta mi vida, los errores en el currículum de una vida intensa y la conciencia, la conciencia meciéndose en la cuna donde descansan las personas de carne, hueso y defectos. Ahí, donde la gente es bella por no ocultarse, por no taparse, por dar la cara y ser valiente. Donde se ríen las gracias y se suprime la maldad. En el hospital de los abrazos a la gente que quieres, ahí quiero que me ingresen para el resto de mis días. Todos, cariño, hemos pasado noches sin dormir, y nos hemos tropezado en una misma piedra siete veces, una por cada vida, pero siéntete feliz de que tus errores sólo puedas reprochártelos a ti mismos, de que tus decisiones sean sólo tuyas, y tus aciertos también. 

Atrévete hoy, que mañana te van a juzgar igual.



No hay comentarios:

Publicar un comentario