Entiéndeme
no es que aún te recuerde
es que llevo todo el daño tatuado en las ojeras.
Perdóname
por haberte abierto las puertas
de una vida de cristal
yo no te avisé de la fragilidad de mi sonrisa.
Pero ya ves,
yo, que parecía fuerte,
también me rompo a veces
como rompen las olas valientes contra las rocas del puerto.
Entiéndeme,
necesito que tu barco firme tregua en mis ojos,
tirar la venda por la borda y perdonarnos la guerra.
Deseo sólo una cosa
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