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miércoles, 6 de julio de 2016

Crecer

Yo contigo no perdí los papeles, los quemé para ver si así se cumplían los deseos que escribimos juntos. Luego salté la hoguera encendida de nuestras dudas y ardí de miedo las noches que no estabas para abrazarme. El tiempo y las decepciones me hicieron entender que por muy fuerte que cierres los ojos para desear algo, por mucho que aprietes los puños de rabia, y por muy vacíos que se queden tus pulmones soplando dientes de león, uno solo nunca puede hacer realidad una historia de dos. Que hay que remar en la misma dirección para que el barco no se hunda, pararse a ver si una persona suma o resta en tu vida, ser un poquito más honesto y amarse a uno mismo. Sí, es cierto que contigo aprendí a decir te quiero, gracias, y perdón, pero también lo es que con nuestra historia, perdí el miedo a  la palabra, adiós, aunque fuera la palabra más difícil de pronunciar de todo el diccionario. Y en esa despedida descubrí que, a veces, es necesario sacar el coraje suficiente para irse por la puerta grande y tirar la llave al Mediterráneo sin importarte lo que quede atrás, para conseguir encontrarte con tus propios sueños delante. Porque yo también tenía derecho a cansarme, a decir hasta aquí hemos llegado, a recobrar la cordura y dejar que las cicatrices sanaran al sol. Durante un tiempo, yo tuve el privilegio de amarte y cumplí de sobra con todas las expectativas que el amor esperaba de mí. Me di cuenta de que en este sentimiento nadie gana si para quedarse junto a otro, pierde la esencia propia, y que yo tenía que abandonar de una vez todas las luchas que no se ganaban a besos. Nuestro desenlace no fue tu culpa, ni fue la mía, ahora nos tenemos el uno al uno y el otro al otro, sin rencores. Esta es la historia de porqué un buen día, me marché de tu lado y de cómo estando sola comprendí que crecer también consistía en dejar de buscar estrellas fugaces a las que pedirles los deseos, para empezar a hacerlos realidad por mi misma.



                                 

- Imagen extraída de Pixabay.

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