He visto tus ojos
que siempre derrochan vida
reventar de brillo por culpa de la fiebre.
He escuchado tus dientes
que siempre esconden sonrisas
chirriar de dolor un día de enfermedad.
He sentido tu fortaleza
que me sostiene en mis tropiezos
romperse por siete sitios distintos una mañana de tiritonas.
He arropado tu cuerpo exhausto
que me salva sin excepciones del invierno
en la misma cama que cobija nuestro amor.
Y yo,
que creí haberme enamorado de tu alegría,
redefiní mis sentimientos el primer día que pude mimar tus flaquezas.
Imagen extraída de Pixabay
No hay comentarios:
Publicar un comentario