Busca unas amigas con las que celebrar la vida. Unas
amigas que aguanten contigo hasta el amanecer en noches de bailes y tequila.
Unas amigas que te quiten el móvil cuando la nostalgia amenace con escribir de
nuevo a quien nunca lo mereció. Unas amigas que, cada año, vivan tu cumpleaños
con más emoción que el suyo propio. Unas que tengan más ilusión que vergüenza y
más proyectos que recuerdos. Unas que se vuelvan locas programando un viaje
contigo, y que les dé igual si se trata de un pueblo perdido de Castilla, o de la
ciudad más conocida de Europa, porque lo importante es tu compañía; porque lo
importante sois vosotras. Unas amigas con las que llenar los álbumes de fotos y
la retina de anécdotas. Pero busca, también, unas amigas que sepan estar a la altura de las circunstancias cuando
las circunstancias se tornan extraordinariamente putas. Unas amigas que
valoren tu presencia y noten tu ausencia, que te hagan formar parte de
historias en las que te añoran. Unas amigas que te manden audios en mitad de
una madrugada para que escuches una canción o para decirte que te quieren. Busca
unas amigas que te escuchen, aunque el tema tenga nombre propio y esté pasado
de moda. Unas amigas que te abracen antes de regañarte cuando vuelves a besar
la misma piedra equivocada y que te recuerden lo que vales antes de reiterar
ese maldito “te lo dije”. Unas amigas que te impulsen a cumplir tus sueños y
jamás te dejen tirar la toalla. Busca
unas amigas que te protejan de frente, pero, sobre todo, que te defiendan a la espalda.
Unas amigas de las que puedas sentirte orgullosa como amiga, pero también como
persona. Búscalas. Y cuando tengas el
enorme privilegio de encontrarlas, abrázalas y no las sueltes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario