Todos
conservamos un amor magnánimo en el olvido que no se olvida, en el silencio que
grita, en la música que ya no suena, en las palabras que ya no existen. Todos conservamos un amor maltrecho, nunca
acabado y siempre maldito, erróneo y triunfal, bello en sus defectos, imposible
pero real. Todos conservamos un amor inmenso que no pudo ser, pero fue. Y
tú, eres el mío. Aunque ya no te escriba, pues durante un tiempo tuve pánico a
desangrarme por los dedos de tanto escribirte, aunque ya no hable de ti porque
no tenga nada que decir, aunque ya no mencione tu nombre como una quimera, sino
como un ascenso en la carrera de obstáculos que tuve que superar para superarte.
Aunque ya no, nunca jamás, tú sí, siempre, conmigo.
Verás, un día te dije que te había
mentido, y lo cierto es que no he parado de hacerlo desde entonces. Te mentí
cuando dije que te había olvidado, pero también cuando te dije que no vendrían
otros. Porque sí que vinieron, sabes, otros ante quienes me desnudé en cuerpo y
alma, que supieron tocar teclas aproximadas, nunca exactas, pero a veces
suficientes. Otros cuyo final nunca
significó un precipicio, ni siquiera un fracaso, porque nunca fueron para mí un
verdadero destino, sino, únicamente, el salvoconducto de tu huida. Pero
vinieron otros y me despreocupé por dónde ibas tú, mucho más por con quién lo
hacías. Sin embargo, has vuelto una y
otra vez a mí, como el eco de un grito que te recuerda quien eres, como vuelven
los marineros al sitio que les vio nacer cuando se ahogan entre la belleza del
infinito mar. Como vuelve a casa quien, en realidad, nunca se ha marchado del
todo. En definitiva, como si te sintiera parte de mi hogar en mitad de
tantas aventuras.
Has vuelto tantas veces, que, a veces,
se me olvida que olvidarte era justo y necesario. Que todavía habrá quien
quiera suprimir una sola más de mis letras hablando de ti, porque no las
mereces. Pero el amor no es una cuestión sencilla, por mucho que tratemos de
simplificarlo en estos tiempos que corren. El
amor no es sólo una elección, aunque consista en elegirse por encima de todo a
una misma. El amor no es decidir olvidar mañana a quien te conviene y comenzar de
cero con quien te compensa. El amor no es estadística, ni matemáticas. Y si es
ciencia que me arranquen tu olor del pecho.
Todos tenemos un amor que nos costó superar
más de un verano y más de siete navidades. Un amor que todavía nos hace
estremecernos al pasar por la calle en la que nos dimos ese primer beso. Un
amor que nos hace mirar con insuficiencia todo lo demás, porque el conformismo,
cuando se ha tocado el cielo, sabe a muy poco. Un amor que nos enseñó a amar y
también a equivocarnos, pero, sobre todo, a amarnos a nosotras mismas. Un amor al
que hubiéramos vuelto cientos de veces porque nada era más sensato que ser feliz.
No importa si ese amor te acompaña
ahora, si duró dos noches de verano o una noche de Navidad, si le besaste por
última vez hace tres años, dos lustros o una semana. No importa si fueron las
circunstancias, la juventud o el maldito orgullo lo que os separó. No importa
si ya no puede ser o si todavía crees que es posible. No importa si ya rehízo su
vida, si tú ya eres feliz en otros brazos, o si ambos estáis en paz sin pareja.
No importa si el destino te llevó a vivir lejos, o si seguís cruzándoos en la
plaza de siempre, en la ciudad de siempre, la que os vio crecer, amar y decir
adiós en los mejores años de vuestra vida. No importa que olvidaros fuera la
meta y quereros se convirtiera en la mejor carrera de juventud. Porque si has
llegado hasta aquí es porque hay un nombre rebotando en tu cabeza. Porque si
todavía estás leyendo es porque durante un lapso temporal fuiste tan feliz que
no sabías expresarlo en palabras, pero eran bastantes las sonrisas. Porque
aquel sábado de noviembre sentiste que la vida te daba un premio tan valioso
que pediste tres veces poder parar el tiempo. Porque tuviste el privilegio de
amar y ser amada, y eso, en estos tiempos que corren, es una suerte que sólo
pueden valorar los que han podido experimentarlo.
EMOCIONANTE!! Es de esos textos que te hacen aflorar todos los sentimientos según vas avanzando por las palabras.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Muchísmas gracias!
EliminarMuchas gracias!! Hay un texto sobre eso :) Búscalo por el blog.
ResponderEliminar