Léeme:

Siguenos en Blogger Siguenos en Facebook Síguenos en Twitter

domingo, 20 de noviembre de 2016

Los amigos.

¿Has pensado alguna vez cómo sería tu vida si no estuvieran ellos?

Nadie se pondría en Carnavales el disfraz más bochornoso del mundo de no tener con quién compartirlo. Nadie se reiría de una caída en público si no fuera por esos amigos que todavía lloran de la risa contigo al recordarla. Nadie saldría de casa, un sábado por la noche, en el que sabe que acabará hablando del tema de siempre, de la persona de siempre, del amor de siempre. Nadie tendría un viaje que organizar, un hobby que compartir, o un momento que inmortalizar con una cámara. Nadie se dejaría los píes bailando en la tarima de una discoteca hasta altas horas de la madrugada, entre confesiones personales y anécdotas desternillantes. Nadie podría sentarse a asumir que se ha equivocado, sin que un amigo, vestido de conciencia, le dijera que esta vez el error es suyo y le ayudara a recapacitar. Nadie se daría cuenta, una mañana triste, de que hay unos oídos dispuestos siempre a escuchar unas disculpas y unos abrazos que saben hablar de perdón.
De no ser por los amigos, nadie cogería el móvil, a cualquier hora del día o de la noche, para dar una noticia trágica sin más solución que una necesaria sonrisa de apoyo. Nadie asumiría un reto, en el que sabe que puede caerse mil veces, si no dispusiera de manos fuertes dispuestas a levantarle. Si no fuera por ellos, nadie tendría tantísimo cariño a unas manías que le desquician y a un carácter que, a veces, le desespera. No existirían los recuerdos de la playa en verano, las fotos irreconocibles de otras épocas y la felicitación sincera de buenos deseos en Navidad. Un amigo también es un súper héroe sin capa, pero siempre de guardia para defenderte de cualquiera que se atreva a ponerte en peligro. Si no tuviéramos amigos, no tendríamos a quien acudir cuando la suerte nos mira de frente, cuando un sueño se descubra realidad y cuando el amor llama nuevamente a nuestra puerta. Sin amigos no habría consejos, ni conversaciones melancólicas a altas horas de la madrugada, ni secretos compartidos, ni emociones en lágrimas, ni un golpe de realidad cuando la venda te había dejado ciega.


Y es que “la vida está hecha para compartirla”, para crearla, para disfrutarla. Y, dime, ¿con quién mejor que con los amigos?


2 comentarios:

  1. Gracias por este escrito, no hay muchos como tú... por esos de escribir y valorarlos !AMIGO!

    ResponderEliminar