¿Has pensado alguna
vez cómo sería tu vida si no estuvieran ellos?
Nadie se pondría en Carnavales el disfraz más bochornoso del
mundo de no tener con quién compartirlo. Nadie se reiría de una caída en
público si no fuera por esos amigos que todavía lloran de la risa contigo al
recordarla. Nadie saldría de casa, un sábado por la noche, en el que sabe que
acabará hablando del tema de siempre, de la persona de siempre, del amor de
siempre. Nadie tendría un viaje
que organizar, un hobby que compartir, o un momento que inmortalizar con una
cámara. Nadie se
dejaría los píes bailando en la tarima de una discoteca hasta altas horas de la
madrugada, entre confesiones personales y anécdotas desternillantes. Nadie podría
sentarse a asumir que se ha equivocado, sin que un amigo, vestido de
conciencia, le dijera que esta vez el error es suyo y le ayudara a recapacitar.
Nadie se daría cuenta, una mañana triste, de que hay unos oídos dispuestos
siempre a escuchar unas disculpas y unos abrazos que saben hablar de perdón.
De no ser por los amigos, nadie cogería el móvil, a
cualquier hora del día o de la noche, para dar una noticia trágica sin más
solución que una necesaria sonrisa de apoyo. Nadie asumiría un reto, en el que
sabe que puede caerse mil veces, si no dispusiera de manos fuertes dispuestas a
levantarle. Si no fuera por ellos, nadie tendría tantísimo cariño a unas
manías que le desquician y a un carácter que, a veces, le desespera. No
existirían los recuerdos de la playa en verano, las fotos irreconocibles de
otras épocas y la felicitación sincera de buenos deseos en Navidad. Un amigo también es un súper héroe sin capa, pero siempre de guardia para defenderte de cualquiera que se atreva a ponerte en peligro. Si no tuviéramos amigos, no
tendríamos a quien acudir cuando la suerte nos mira de frente, cuando un sueño
se descubra realidad y cuando el amor llama nuevamente a nuestra puerta. Sin
amigos no habría consejos, ni conversaciones melancólicas a altas horas de la
madrugada, ni secretos compartidos, ni emociones en lágrimas, ni un golpe de
realidad cuando la venda te había dejado ciega.
Y es que “la vida está hecha para compartirla”,
para crearla, para disfrutarla. Y, dime, ¿con quién mejor que con los amigos?
Gracias por este escrito, no hay muchos como tú... por esos de escribir y valorarlos !AMIGO!
ResponderEliminarGracias a ti por pasarte.
EliminarUn abrazo ;)