He acariciado la felicidad de quien ve hacerse realidad sus
sueños. Y he afrontado el miedo de echarlo todo a perder por una decisión
precipitada. Así de incoherente es la razón; te tiras años y años esperando
algo, luchando por ello con esfuerzo, y cuando por fin lo consigues te tiemblan
las piernas por la incertidumbre de perderlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario