Que te
quieran mucho, a raudales, y que te lo demuestren todos los días del año. Que
te miren con amor cuando llevas el moño mal hecho del domingo y cuando llevas
tu mejor vestido de fiesta. Que se enamoren de tu pelo despeinado o de tu barba
de tres días. Que te cuiden con pequeños detalles y te hagan reír en grandes carcajadas.
Que te escriban un mensaje bonito un 14
de febrero y un 26 de marzo, que te llenen de besos todos los miércoles por la
tarde y te abracen todos los sábados por la mañana, pero, sobre todo, que te
hagan sentir prioridad todos los días de la semana y no te dejen irte a dormir
con agonía ninguna noche del mes. Que te sorprendan e inventen mil planes
compartidos. Que se invente el tiempo
disponible para estar contigo, que le valgan cinco minutos en tu portal o toda
una vida en tu dormitorio. Que dibuje un proyecto por cada excusa que pusieron
otros y nunca se canse de impulsar tus sueños. Que quieras mucho, a raudales, y
que lo demuestres todos los días del año. Que te sientas orgullosa de las
personas que te rodean y encuentres un hogar en los brazos de quienes te
acompañan. Que aprendas que el amor
es humilde, sano, confortable y eufórico, y que no hay nada más inexplicable
que sentir que te va a estallar de ilusión el pecho. Hazme caso, que nunca
te canses de querer, de querer a tus padres, a tus amigos, al trabajo de tus
sueños, a tu fiel mascota, a tu pareja o a tu persona especial, sin etiquetas. Que
lo celebres hoy si te apetece, y mañana si te vuelve a apetecer, que soples
confeti e hinches globos, que montes una fiesta de disfraces o inviertas un
poco más de tiempo en ti, que nunca pierdas ni un ápice de amor por la vida.
Sal a celebrarlo, da igual si se trata de ir a comer nachos con queso con una
amiga, o a una cena con velas con tu pareja. Da igual si es al cine o a
patinar, a comer bombones o a exprimir todas las series posibles delante del
ordenador. Que no tiene porqué ser París
o Roma, que puede ser Madrid o la esquina derecha de tu cama. Que lo único
importante, óyeme bien, es que siempre te sientas querida, que nunca te canses
de querer y que jamás dejes de quererte.
Sobre mi
▼
Etiquetas
▼
miércoles, 14 de febrero de 2018
sábado, 3 de febrero de 2018
V I V E.
¿Y si no te llama? V I V E.
¿Y si no te contesta? V I V E.
¿Y si no le gustas? V I V E.
¿Y si no hay de tu talla? V I V E.
¿Y si estás flaca? V I V E.
¿Y si hablan de ti? V I V E.
¿Y si te tropiezas? V I V E.
¿Y si te decepcionan? V I V E.
¿Y si te mienten? V I V E.
¿Y si el agobio un día te puede? V
I V E.
¿Y si un examen sale mal? V I V E.
¿Y si ya no le quieres? V I V E.
¿Y si te equivocas? V I V E.
Vive y nunca dejes que tu vida
dependa de alguien. Y si las cosas no salen como esperabas, sigue esforzándote,
sigue soñando, sigue buscando las opciones para cumplir esos sueños. No
renuncies a enamorarte porque un amor se acabó. No rechaces a todo el mundo
porque alguien te falló. No martirices tu futuro por haber cometido un error.
Aprende a pedir perdón. No te pares, no dejes que te paren. No te aferres a
nadie por ese miedo estúpido a lo que vendrá. No dudes de tus capacidades, no
hagas lo que no te gustaría que te hicieran. Y no pierdas energía y tiempo en
quien actúa con maldad. Ponte la sonrisa y saca pecho de tus cicatrices.
Aprovecha cada momento y bésate.
Y mientras todo eso pasa, sigue viviendo.